Todo agente
obra por un fin, esta es la verdad ontológica que explica fundamentalmente la
motivación humana.
En términos
filosóficos, el fin o la finalidad es lo primero que el agente determina,
aunque es lo último que consigue o logra, en otras palabras, nos mueve a actuar
lo que hemos fijado como meta de nuestra acción.
En términos
del multinivel, primero hay que soñar, para alimentar nuestra acción que nos
lleve a convertir esos sueños en realidad.
En términos
financieros, primero hay que determinar el nivel de rentabilidad y la utilidad,
para establecer las estrategias empresariales que nos den las ganancias que
deseamos.
Y así, la
forma de decir la misma verdad se puede multiplicar a la “n” de acuerdo al
quehacer que nos ocupe, sin embargo subyace el hecho de que es el fin el que
determina qué hay que hacer.
Ahora bien,
siendo el hombre un ser contingente, limitado en el tiempo y en el espacio, su
finalidad, sin embargo, es extratemporal, de cierta manera es infinita, eterna.
Y la razón está en que el hombre se constituye de cuerpo y espíritu, lo que lo
eleva sobre la mera finalidad material.
En otras
palabras, lo que mueve al hombre no es el mero deseo de cosas limitadas y
caducas, sino que primordialmente es motivado por el ser, por el bien, por la
verdad, por la unidad, por la belleza, donde quiera que estos principios sean
identificados.
Más que
alimento, el hombre busca permanecer en el ser; más que reconocimiento, el
hombre busca hacer el bien; más que realización personal, el hombre busca la
verdad; la necesidad de seguridad es un reflejo de la necesidad de unidad, de
armonía; su afán de trascender es su necesidad de ser plenamente.
Me parece
que los sistemas que explican la motivación, como la piramide de Maslow y los
otros que ampliamente se exponen en esta edición de Stratego, reflejan
diferentes tipos de bienes que motivan a la persona a obrar. Pero notemos que
se trata de bienes, con lo cual queda en pie nuestro argumento: lo que nos
motiva es el ser, el bien, la verdad, la belleza.
Aún así, es
útil entender los diferentes sistemas prácticos que se han ido generando para
tratar de entender que bienes pueden jugar el papel de fines para en base a
ello establecer mecanismo de motivación para las personas, sin perder de vista
que el ser humano en su libertad está determinado hacia el bien, es decir,
aunque desde el punto de vista intelectual puede equivocarse en cuanto a qué es
el bien, su voluntad siempre estará queriendo el bien. En todo lo que hacemos
buscamos el bien, aunque en la práctica obremos el mal, por error o por vicio.
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